viernes, 29 de diciembre de 2017

Noticias y fin del 2017.



Hace mucho tiempo que no escribía en este blog tan longevo, en estas páginas he contado mis momentos más lacios a nivel de opositor. Mis momentos dulces, mis dudas, mis ideas.
Sinceramente es un espacio al que le tengo cariño porque aunque cuando he releído algunas partes no estoy conforme con la manera de expresarme, en general creo que puedo ver una evolución bastante positiva en mí. Sobre todo creo que durante muchos años simplemente opositaba porque tenía un sueño, un sueño que parecía que nunca se iba a hacer realidad, enfrentarte a una micro promoción en la que muchas veces empezábamos más de cincuenta mil personas y solo llegaban trescientas a la fase final era bastante descorazonador, y así un año, y otro año, y otro. Hasta sumar seis (si la memoria no me falla). Era dedicarte todo un año a estudiar como si te fuera la vida en ello, poner todas tus ganas, la mayoría de tu tiempo (y en ocasiones y más a nivel mental, todo tu tiempo de ocio) para no obtener nada. Siempre me quedaba cerca del aprobado, o aprobaba pero ponían un corte de un siete en ortografía como me ocurrió en una ocasión.

Desde la promoción XXXII las cosas han cambiado bastante, de estas tres promociones “realistas” por el número de plazas, he conseguido llegar a la entrevista en dos ocasiones (contando la presente). Sí, compañeros y compañeras, aprobé las físicas, aprobé el teórico y la ortografía, y en febrero tendré una nueva cita con los señores/as entrevistadores/as. Me duele admitir esto pero fui mucho más feliz cuando me enteré de mí aprobado en teoría y en ortografía en la promoción XXXII. Supongo que cuando has vivido algo una vez, la segunda vez no lo vives tan intensamente. No os voy a engañar, estoy muy orgulloso de mi aprobado, pero cuando ya has vivido la fase final de la oposición, te das cuenta de que por desgracia (y mira que requiere esfuerzo y constancia superar el teórico) es simplemente un escalón más, que todavía no tenemos absolutamente nada conseguido.

Quiero añadir, que me duele mucho sentir esto porque después de tantas convocatorias en las que he caído en la teoría, parece que estos sentimientos son una burla a todos los años de sufrimiento por esta prueba a la que parece que ya no le doy la importancia que tenía cuando suspendía.
Para mí aprobar las físicas ya supuso un esfuerzo descomunal, ya que os recuerdo que el año pasado hice un doble nulo en el circuito y me fui a casa con cara de poema triste. Además un par de meses antes de mis pruebas físicas, terminé una relación preciosa con la chica que había sido mi pareja durante muchos años por lo que el golpe anímico fue importante. Después de las físicas, y aún tocado, tuve que construirme una coraza tan dura que me permitió concentrarme a niveles aceptables para lograr aprobar la prueba de conocimientos.

Ya os digo que estar en la fase final me ha costado mucho, mentalmente he tenido que hacer un esfuerzo endiablado para no abandonar la oposición y no puedo negar que he tenido ganas de tirar la toalla, pero este sueño que tenemos lo merece.
Como decía, de nuevo estoy cerca de lograr que este objetivo vital se haga por fin realidad, y me siento muy contento por ello. Porque y perdonar que repita tanto la palabra sueño, pero no podemos permitir que un sueño sea solo un sueño, hay que llevarlo a la realidad, sentir que se cumple, y para eso tenemos que poner todo de nuestra parte, porque piedras en el camino nos vamos a encontrar a montones, y seguramente sean piedras tan robustas que no podremos evitar y caeremos temporalmente al tropezarnos con ellas. Pero lo importante, es que siempre tenemos que levantarnos, sonreír por lo aprendido y ser suficientemente duchos en nosotros mismos para no volver a cometer el mismo error.

Por último, quería decir unas palabras a aquellos compañeros/as que por desgracia cayeron en las pruebas físicas o el día 2. He estado tantas veces en vuestra posición (sobre todo suspendiendo un examen teórico) que aunque no os conozca me apena vuestro suspenso, porque se pasa tan mal, te sientes tan vacío después de muchos meses de esfuerzo (o años en muchos casos), y lo peor de todo es que esto es un duelo. Uno no se recupera así como así de estos mazazos. Y si se recupera pronto, quizás después tenga miedo al mismo error. Pero la buena noticia, es que es posible reponerse, seguir adelante y aprobar. Que un suspenso no supone nada, porque vuestro objetivo no es aprobar un examen de esta oposición, vuestro objetivo y es lo más complicado de asumir, es vestir el uniforme y portar la placa. Cuando miras el final y no el camino, creerme que todo se hace más llevadero. Visualizar el destino de vuestro viaje y seguro, que a más de uno/a les sale una sonrisa espectacular y así volver a empezar se hace más llevadero.  

A los que hemos tenido la suerte de seguir “vivos” en el proceso, mucha suerte y os espero en ÁVILA :).

¡Feliz año 2018!