miércoles, 27 de abril de 2016

Un rato "muy agradable" querido doctor, pero soy apto.

Lamento empezar esta entrada con una frase tan extraña pero mi reconocimiento, o mejor dicho la última parte de él (el reconocimiento general), fue muy violento, más que un reconocimiento fue una entrevista sin posibilidad de defensa por mi parte.

Me toco un médico joven, con una cicatriz en la frente, aparentemente un chico profesional. Nada más lejos de la realidad. La guerra comenzó porque en el electro salió que tenía un soplo, y sí, tengo un soplo inocente en el corazón quizás de nacimiento, un soplo al que mi cardiólogo no le ha dado importancia porque para nada impide que pueda llevar acabo ejercicio físico moderado o de intensidad. Hay mucha gente que lo tiene y he de recordar que un soplo inocente NO ES EXCLUYENTE. Pues bien mi "querido" doctor, entendió que yo le estaba engañando porque no había llevado el informe. Educadamente, le expliqué que no lo había llevado porque no sabía que era algo a destacar debido a la naturaleza leve del soplo y porque no era importante según el experto que me realizó las pruebas pertinentes(además es mi primer reconocimiento médico). Él, nada educado, me soltó que Puerta, el jugador de fútbol, murió en el campo por algo que no era importante...

Después siguió con cosas del estilo: "estás muy nervioso y así no puedes ser policía", "¿dónde está el informe del lunar o verruga que te quitaron en la espalda?", "¿a qué te dedicas tú (de manera despectiva)?", "tú irás mucho al dermatólogo porque tienes muchos lunares", "!qué delgado estás! no tienes el cuerpo compensado". En fin, mi reacción a sus comentarios hizo que mi nerviosismo fuera en aumento pero en ningún momento le falte al respeto ni alce la voz, eso hubiera supuesto mi no apto definitivo, y con todo lo que me ha costado llegar hasta aquí no iba a permitir que un médico frustrado o que tenía un mal día me dejará de lado.

Salí de la sede de la DFP con sentimientos diversos: impotencia, enfado, preocupación, angustia. No entendía porque me había tratado así pero conseguí calmarme y decirme a mí mismo que la profesión que he elegido va a darme muchos días en los que piense de manera similar. A los policías no se les suele tratar bien por normal general, así que ese señor solo hizo una cosa: recordarme que tengo madera de policía porque tengo paciencia, incluso cuando me tratan mal. Durante el chequeo médico que me realizo mi "querido" doctor, hubo varios momentos en los que me daban ganas de mandarle a la mierda o darle una contestación soez, pero hay que saber aguantar.

Dejando a un lado aquel mal trago, hoy es otro día feliz en esta oposición. Mi última y definitiva oposición, porque sigo pensando que voy a ser apto y que en septiembre me iré a Ávila. No voy a negar que para mí pensar de esta manera es algo curioso, pero llevo un año trabajando en mi felicidad y autoestima. Y si os soy sincero, soy más feliz creyendo que puedo y que lo voy a lograr. Desde que empecé este octavo baile allá por el mes de julio del año pasado, día tras día he dedicado cinco o diez minutos a repetirme: Yo LO VOY A CONSEGUIR. Yo PUEDO. Yo VOY A SER LA MEJOR VERSIÓN DE MÍ MISMO. Yo VOY A SER POLICÍA NACIONAL. Yo VOY A CUMPLIR MI SUEÑO.

He tenido mis momentos, no lo niego, y el ánimo ha fluctuado pero mi actitud ha sido totalmente distinta a la de mis intentos anteriores. El balance de todos estos días de oposición ha sido muy positivo, y casi siempre he tenido una sonrisa en la cara porque estaba y estoy, y no sé por qué pero noto que esto es cierto, más cerca que nunca de llegar a la meta de esta carrera opositoril que emprendí hace tantos años.

Dos pasitos más y nueve meses en Ávila :).

Quería antes de finalizar esta entrada mandar mucho ánimo aquellos que han caído en el reconocimiento, de verás que lo siento mucho y espero que podáis hacer uso de vuestro legítimo derecho a defenderos si no tenéis ninguna causa de exclusión.

Al resto de aptos, os deseo muchísima suerte en la entrevista.

PD: Ayer no lo puse y creo que debo hacerlo. El trato del resto de médicos y personal de la DFP fue excelente y muy cordial. Simplemente me toco un señor que no tenía un buen día.