Mayo es ese mes que cualquier persona con alegría disfruta,
hay mucho sol, la temperatura es agradable, las ciudades suelen tener mucha
vida y lo único que apetece es salir por hay a tomar algo, practicar deporte, o
irte de viaje al campo o a la playa.
Para mí, a parte de por esas favorables cualidades, mayo me
gusta porque es mi cumpleaños, y me disgusta porque empiezan los temidos exámenes
de mi maratoniana carrera de Derecho, y obviamente, no puedo disfrutar prácticamente
de la primavera…
Además, mayo ha traído a mi cabecita unos miedos un tanto
comprensibles que no han parado de acrecentarse desde que cumplí los 26 (hace más
bien poco). Con 26 años, uno ya no es un jovencito pero tampoco es un adulto en
toda regla aunque cada vez más.
Con 26 años, no tengo experiencia laboral como tal (fui árbitro
y anotador de baloncesto durante unos años y percibía una remuneración por
ello), y aún no he concluido ninguna carrera fundamentalmente porque he
dedicado estos últimos tres años ha estudiar intensamente la oposición que
tanto ansió aprobar.
Por lo que siendo realista, empiezo a observar que mi reloj biológico
en el ámbito laboral empieza a tener las horas contadas, sobre todo ahora que
la crisis ha convertido el buscar trabajo en una expedición al mundo de
Jumanji, Jurassic Park o el lugar que más pavor os cause para perderos. Y puedo
asegurar, que no es una sensación nada agradable pensar que tu futuro es más
incierto aún que cuando tenía 23, 24 o 25… porque ahora mismo si tu vas a una
empresa y entregas un currículum como el mío, tan abultado en nada… lo más lógico,
es que con mucha educación te digan: “gracias, no tiene el perfil que estamos
buscando”.
Lo peor de todo esto, es que me da rabia haber llegado a
esta edad estudiando (y no poco) y que aún no tenga nada, parece como si mi
esfuerzo, mis horas de biblioteca, mis sacrificios, etc. No valieran
absolutamente nada fuera de estas cuatro paredes que me cobijan (hasta que mis
padres digan hasta aquí hemos llegado jeje).
Supongo, que quién me lea piense que sino he trabajado hasta
ahora es porque no he querido, en cierta medida, no se equivocaría, porque debo
agradecer que no me falta pan para echarme a la boca y algún pequeño capricho
muy de vez en cuando si me pueden costear mis queridos progenitores. Pero si no
he trabajado antes, fundamentalmente es porque pensaba que formarme era
primordial, y que estar en trabajos basura podía esperar al menos unos años,
hasta que ya no hubiera vuelta atrás y estudiar no me valiera absolutamente de
nada.
Ahora, parece que ese momento esta llegando y ni trabajos
basura hay…
En fin, ante la tempestad buena cara y como dice una frase
que a mí me gusta particularmente:
“EL TAMAÑO DE TU ÉXITO, SERÁ EL TAMAÑO DE TU
ESFUERZO” .
Aunque esta entrada tiene bastante poca relación con el CNP,
necesitaba perderme un poquito escribiendo…
Por cierto, corre el rumor confirmado por una destacada
academia de Madrid, que este año las pruebas físicas irán en primer lugar y que
además serán en Ávila, o la tierra prometida como la llaman por hay. No es mala
noticia, a mi me gustaría visitar esa ciudad aunque con la que va a caer en
enero por allí… no sé yo… pero bueno personalmente es una motivación para mí
que alteren el orden de las pruebas y que tengamos que ir a Ávila, porque a las
malas siempre podré decir que pise la academia jejej.
Bueno, no quiero aburrir más, y nada espero que vosotros
podáis estudiar en este mes tan bonito y que no tengáis que dividir vuestro
tiempo entre unas asignaturas super entretenidas como Civil III y amigos y los
temas de la oposición.
Un saludo, y para los que me habéis aguantado este texto
gracias.
PD: 153 plazas... tal como esta todo... es un regalo ¿no? :-/