Y aquí me hallo, en la octava semana de mi octava oposición.
Después del último no apto en mi haber
allá por el mes de junio, decidí reflexionar de manera profunda intentando ser
lo más crítico posible conmigo mismo para dilucidar qué es lo que está saliendo
mal y qué estoy haciendo bien.
Desde hace unos años he desarrollado una
manía un tanto particular que consiste en apuntar todas las horas que voy
estudiando diariamente, semanalmente y mensualmente. Cuánto tiempo necesito para
estudiarme un tema, los repasos que doy, etc. Gracias a esta locura mía he podido
comparar mis últimos cuatro intentos opositoriles extrayendo conclusiones bastante
interesantes.
En primer lugar, he comprobado que mis dos
últimos intentos han sido un absoluto fracaso en preparación ¿Y cuál ha sido el
motivo? El motivo es bastante simple, desde que en la oposición de 153 plazas
(allá por 2013), logré aprobar el teórico y la prueba de ortografía me hundió
con aquella nota de corte maravillosa de un siete, no he sido yo mismo. De
hecho he sido un fantasma en vida, estudiaba porque no tenía más remedio, con
una ilusión mermada y un ánimo funambulista. Para lograr aprenderme algo que
requiere una hora de estudio tardaba dos, y completar una jornada opositoril
decente no era la tónica habitual sino más bien una grata sorpresa bastante temporera
por cierto.
En segundo y último lugar, y relacionado
con lo que he comentado, no solo he estado tocado y hundido a nivel de
oposición, también lo he estado a nivel personal. Me volví más apocado que
nunca, con una confianza en mí destrozada por las circunstancias. Si normalmente
soy un chico alegre que le gusta mucho reír y bromear, lo he sido pero en
muchas menos ocasiones. Además en este tiempo todos mis amigos y pareja han
logrado trabajo y han evolucionado mientras que yo desgraciadamente he
involucionado.
No voy a decir que no me daba cuenta pero siempre tenía la
esperanza de que un nuevo día borraría lo acontecido en el anterior y
lamentablemente no era así. También soy consciente de que la oposición
posterior a ese batacazo del que he hablado, fue bastante peor que esta última,
al menos en lo que ánimo se refiere. Tampoco voy a negar que lo que cuento es
una excusa, y en este mundillo, las excusas solo sirven para acercarte más al
no apto, pero esa excusa realmente ha sido la causa de que me halle en mi
octava intentona.
Volviendo al día de hoy, puedo asegurar que las cosas han cambiado
bastante. Por el momento, en estas ocho semanas he conseguido ser más constante
que nunca (desde que tengo registro de ello je, je, je), noto que asimilo mejor
las cosas nuevas y que las viejas vuelven a mi cabecita con presteza. He
intentado meter más horas de psicotécnicos, de ortografía, de repasos, además
de realizar test semanales. En lo concerniente a mí estabilidad mental creo que
las luces han vuelto, obviamente el pasado o los malos pensamientos no se
borran de un plumazo, pero cada día que me levanto intento pensar cosas
positivas y si algo me sale mal, lo intento ver desde un punto de vista
filosófico y si es posible, darle una vuelta de humor al asunto. No me avergüenza decir que en septiembre
intentaré buscar ayuda psicológica para reforzar mi necesario cambio de
actitud. Aunque parezca una memez creo que ser feliz es algo que hay que
aprender y practicar diariamente, si se trabaja esa mega cualidad la vida puede
ser mucho más bonita de lo que nos gritan desde las tinieblas, que en el fondo,
creo que todos llevamos dentro.
Y nada más, esta es la vuelta del opositor mundano, pero puedo
prometer que este año todo va a ser distinto, que salvo un apocalipsis zombie,
catástrofe nuclear, o algo del estilo, mi culo y yo nos vamos a sentar en una
de las sillas de una de las salas de entrevista del Centro de Promoción de la
DFP en Carabanchel. Y que allí les convenceré para que me den mi plaza, porque
creo que me la merezco por todos estos años de sacrificio y sobre todo por la
mejor preparación opositoril que estoy realizando (sabiendo que solo puede ir a
mejor) en este octavo y último intento.
Me despido ya, agradeciendo la lectura a aquellos/as que dediquen
unos minutos de su tiempo a leermeJ. Un afectuoso saludo.
Pd: Mi intención es escribir todos los domingos una entrada nueva
para ir contando cómo va el asunto.