domingo, 24 de marzo de 2013

Duodécima entrada: Vuelvo con fuerzas renovadas.


No es la primera vez que me pongo ante una hoja en blanco para intentar redactar otra entrada de este blog. Pero esta siendo un año opositoril muy complicado, creo que el más virulento de todos los que he vivido hasta la fecha. La carga de los fracasos anteriores ha minado con fuerza mi moral y me ha costado mucho levantarme cada día para estudiar, ir a la pista de atletismo o acudir al gimnasio.

Supongo que me he negado a escribir porque tampoco quería hablar de días oscuros ni tristezas pesimistas... pero no puedo obviar que me he sentido al límite de mis fuerzas en muchos días del 2012 y algunos más del 2013.

A día de hoy soy APTO en las pruebas físicas y no podría ser más feliz. Y conseguí esta gesta llegando a la cuarta prueba con el aprobado en mi mochila, un gran mérito personal para mí con el que estuve soñando en las dos semanas anteriores a la fecha en la que me habían citado.

He sufrido mucho durante la preparación para las pruebas físicas, me he sentido durante muchísimos momentos incapaz de superarme y ha sido la peor de las batallas libradas contra ese cavernícola llamado Matías, que ya os dije que habita en mi cabecita dando la tabarra e intentando robar mi ánimo.
Pero esta superación personal me ha permitido darme cuenta de que si creo en mí y no desfallezco puedo ser la leche je,je,je, es una frase que me escribió mi novia días antes de las físicas y me hizo gracia.

Pero en el fondo es cierto, por mucho que un millón de personas crean en ti, si tú mismo no lo haces, jamás podrás lograr nada. Y he ese 20 de marzo, aunque con unos nervios de mil demonios, yo me levante creyendo en mí, sabiendo que lo iba a dar todo sacará una nota de 5, de 6 o de 8, pero que aquel no iba a ser mi último aliento en la oposición vigente.

Resulta curioso, pero mientras escribo me recorre un hormigueo por la espalda de alegría(igual eso ni existe pero yo me siento así :-)), recordando lo enormemente satisfecho que estuve al superar las físicas. Fue fantástica aquella sensación de paz extrema, de trabajo bien hecho, de reto conseguido.

Por eso, a los noveles y a los veteranos que me lean os invito (si aún no habéis hecho las pruebas), a que el día de las mismas, os miréis al espejo y os recordéis todo lo que habéis trabajado para llegar en óptimas condiciones a Ávila: los kilometros recorridos, las horas de gimnasio, de circuito... Y hagáis algo tan simple, y a veces tan complejo, como creer en vosotros mismos.

Mucha suerte a todos futuros compañeros.

PD: El suelo del circuito resbala MUCHO por lo que recomendaría que las zapatillas estuvieran bien limpias, yo fui con unas de fútbol sala que había usado cuatro o cinco veces y me las vi negras para lograr un 6, resbalándome mucho en dos ocasiones. Y eso que era una prueba en la que había estado sacando un 8 o un 9.