miércoles, 23 de octubre de 2013

Quinta entrada de la sexta: La vida de un opositor mundano.

La vida de un opositor mundano es una sucesión de horas mágicas, y de horas bajas. A veces en un mismo día puedes llegar a sentirte rey, caballero y bufón.

Cuando te sientes rey, las páginas se memorizan tan rápido en tu cabeza que te sorprendes a ti mismo, los psicotécnicos y test te salen bien, todo fluye y te sientes satisfecho por el buen gobierno que estas llevando de tu reino opositoril. 

Cuando te sientes caballero, no paras de luchar contra tu culo inquieto que quiere levantarse, tu mente viperina que se inventa falsos dolores en la quinta costilla, hambre a horas intempestivas, ganas irremediables de mirar el móvil. O simplemente empiezas a pensar en como pinto Miguel Ángel la Capilla Sixtina. Y como olvidar a tus piernas que les da por bailar el baile de sambito. 
A pesar de todo este cumulo de adversidades físicas y mentales que tu propio cuerpo te impone, resistes indolente y continuas sentado en la silla (y casi agarrado a la mesa) hasta concluir la jornada de estudio.

Cuanto te sientes bufón, todo se va al garete, empiezas a pensar en las musarañas, dibujas musarañas, le pones nombres a las musarañas, te levantas a por un vaso de agua, vas a hablar con tu perro, le dices a tu madre que si tienes que hacer algún recado, te pones a cantar, miras donde nació Lebron James etc. Lo peor de este tercer estado opositor, es que el rendimiento es tan nulo que acabas el día muy fastidiado, enfadado contigo mismo y renegando de tu incapacidad. Comienzas en este momento tan bajo a dudar si estas haciendo lo correcto, si tal vez lo mejor debería ser dejarlo, si merece la pena tanto sufrimiento...

Lo más gracioso (no tanto creo yo) es que algunas veces un opositor mundano vive todo esto a lo largo de un único día(como ya he dicho) y en varios momentos. Muchos pensaréis que soy "tripolar" jejej, pero esto es así, y sobre todo cuando llevo en este mundillo tantos años.

Hace mucho que no escribo, la verdad es que la única razón de mi abandono bloguero ha sido que el disfraz de "superopositor" (del que hablaba en la última entrada) no me quedaba del todo bien. Por muchos ajustes y remiendos que le he ido haciendo al traje, no he conseguido estar cómodo con él. He pasado un mes y pico bastante alicaído, notando como la ilusión con la que empece esta sexta aventura ha ido evaporándose sin que yo a penas pudiera hacer nada. Sin embargo, no he parado de ser rey, caballero y bufón. Más que nada he sido caballero porque no he parado de luchar contra mis ganas de mandar a tomar viento fresco la oposición.

Ahora, muy lentamente y con más pena que gloria, observo como la mala racha se aleja, las horas de estudio aumentan y las nubes se dispersan... Lo más importante obviamente es que sigo al pie del cañon y esa es la única lectura positiva que debo sacar.

Así compañeros y compañeras, es la vida de un opositor mundano como lo soy yo, un compendio de días on y de días off, de orgullo por el trabajo bien hecho y de fracaso por la falta de esfuerzo.

Antes de despedirme quería agradecer a la gente que me ha leído desde que abrí este blog hace ya un año largo, sobre todo me gusta mucho leer los comentarios que me escribís porque me animan a seguir con esta retahíla de palabras, frases, párrafos que logro compilar cada cierto tiempo :)

Un saludo compañeros/as.

Posdata: Se me olvidaba, quería compartir esta canción que suena mucho últimamente, no es que sea un "temazo", pero la verdad es que a mi me anima bastante.