viernes, 24 de marzo de 2017

Entre pitos y flautas, casi dos lustros opositando. PARTE II.



-Durante mi camino opositoril hay días en los que he estudiado una auténtica barbaridad y aun así, una voz tremendamente irritante, me ha susurrado en mi cabecita: "no es suficiente, deberías estudiar más". Otros días, he llegado a estar tan hastiado que me ha costado casi un universo sacar una hora de estudio y esa misma voz me ha susurrado: "este no es el camino, así no vas aprobar". También han habido días en los que quizás no haya estudiado mucho pero si que he aprovechado al cien por cien el día, y esa misma vocecita me ha dicho: "no te conformes con tan poco, tienes que hacer más". Quiero decir con esto, que un opositor jamás va a estar contento con su rendimiento y tiene que ser así. La auto exigencia tiene que ser extrema, no digo que te des latigazos porque un día hayas estudiado poco, pero siempre tienes que ir a más, y si vas un poquito a menos, debes ser severo contigo mismo y obligarte a que no se vuelva a repetir.

-Aquellos maravillosos años. En este tiempo de preparación he pensado muchas veces que fui un inmaduro y un estúpido cuando no aproveche una macropromoción de 5.000 plazas (mi primera convocatoria) y una muy buena oposición de 1.949 (mi segunda convocatoria). Me he flagelado bastante con ese tema pero al final, he llegado a la conclusión de que entonces no estaba preparado para ser policía nacional. Aunque no es un plato de buen gusto, la oposición ha conseguido hacer que me conozca a la perfección y ha sacado lo mejor de mí tanto física como mentalmente, cierto que cada año ha sido complicado volver a levantarse pero a día de hoy, creo que soy más fuerte que nunca. Con esto quiero decir, que aprovechéis cada una de las veces que os presentéis como si fuera la última, sé que esto parece obvio pero a veces se olvida, y ves que una convocatoria se va, otra también y así sucesivamente.

-Muchas veces suspender no depende de vuestro esfuerzo y quizás esto os sorprenda. Conozco casos (yo me incluyo), en los que personas muy bien preparadas no han logrado el apto final. La suerte no se puede controlar, y lo único que os va aliviar si alguna vez os dais de bruces con el suspenso, es vuestro trabajo y el ser consciente de que lo has dado todo. Y cuando digo todo, digo todo. Hay que ser muy coherente con uno mismo, si podías haber estudiado más, no te quejes. Si podías haber preparado mejor las físicas, no te quejes. Si podías haber estudiado más ortografía, no te quejes. Y si te quejas, quéjate de tu esfuerzo. No quiero herir sensibilidades con lo que he dicho, porque yo he aprobado todas las pruebas de la oposición menos la entrevista y me he quejado como un loco de la DFP y sus maléficos planes (y visto el fiasco de la prueba de ortografía de este año, lo seguiré haciendo).

-Hablando de la División, no voy a defender el ritmo ragatanga de la División porque yo he vivido exámenes para 153 plazas que eran para morirse, corte en ortografía de siete, entrevista con una loca del coño, exámenes de ortografía para cortarse las venas y una lista de cosas que hacen que mi amor por nuestros examinadores sea pequeño. Aun así, y gracias a los sindicatos, el proceso es algo más legal ahora que hace unos años cuando se hacían los test a lápiz, los exámenes permanecían en la torre más alta de un castillo custodiados por veinte gigantes y un dragón (una vez hechos), no se sabía cuando empezaban las oposiciones, etc. Creo que a los opositores la DFP nos tiene que demostrar que es un órgano serio y coherente a la hora de plantear un proceso selectivo, porque desde que se publican los cuestionarios han hecho muchas estupideces, quizás por eso, porque hay más transparencia y se ha visto lo que hay detrás. Y fin de la cita :).

-Nervios, nerviosos. Mi estómago ha sufrido mucho los nervios previos al examen, pero sobre todo, en las pruebas físicas. Ni en el pasillo en el que esperas para hacer la entrevista he sufrido tanto. Sobre los nervios he de decir que son buenos, aunque en alguna ocasión he llegado a pensar que me iba a dar un síncope je, je.
Es taaaan íncomodo no poder probar bocado en el desayuno antes de irte a la Escuela de Policía para realizar las físicas, sabiendo que necesitas comer porque si no no vas a tener energía. Mola mucho no me digáis que no :). O si no, cuando tienes las pruebas por la tarde y un simple plato de pasta, apetitoso para mí que es de mis comidas preferidas, se hace una bola enorme en la boca y no puedes tragarlo esa también es buena. Y no sé si a vosotros os pasa, pero cuando he estado nervioso, mi cuerpo desarrollaba una amplificación de los sentidos espectacular y hasta la máquina de café de una cafetería me molestaba je, je.
Una técnica que he ido desarrollando, consiste en que minutos antes de cualquiera de las pruebas, cierras los ojos, te olvidas de la gente, respiras y expiras profundamente, y te dices a ti mismo: "YO PUEDO HACERLO. YO VOY A SER LA MEJOR VERSIÓN DE Mí MISMO. YO VOY A SER POLICÍA NACIONAL. YO SOY CAPAZ DE CONSEGUIRLO. YO VALGO. YO MEREZCO UNA PLAZA". Gracias a estas palabras (y sobre todo en las oposiciones a la XXXII) conseguí revertir esos nervios en una fuerza inmensa, aunque para eso todos los días practicaba, diciéndomelo a menudo, y lo cierto es que parece que se grabó en mi subconsciente para bien.

-Lo que fundamentalmente determina tu apto o no apto en las distintas pruebas de la oposición es sin lugar a duda, la ACTITUD. Si tienes actitud, tienes media oposición ganada. La actitud es el verdadero motor del opositor, cuando es proactiva y positiva te comes el mundo de la oposición sin lugar a dudas. Además la actitud es lo único que nadie te puede quitar, y que depende al 100% de ti. Como he dicho al principio de la entrada, la ilusión es preciosa porque tiñe muchas cosas relacionadas con la oposición de colores y sensaciones bonitas, pero la actitud es la armadura y la espada que vas a emplear para ir enfrentándote a todas y cada una de las tribulaciones que vas a ir encontrándote.

-Manías. No sé vosotros, pero yo he ido cogiendo manías de perro viejo. Por ejemplo, me gusta estudiar teniendo mis subrayadores, uno amarillo, otro verde, otro naranja y otro rosa. Mis bolis, uno negro, otro rojo y otro azul. Mi portaminas, mi goma de borrar, y mi gorra de Hello Kitty je, je, esto último no es así, es de Bob Esponja :). También tengo un bolígrafo de un súper héroe gordito muy gracioso en el que pone: "tú lo puedes todo". Y cuando pierdo alguno de ellos, parece que me da un poco de rabia y empiezo el estudio con el morro torcido je, je. También me he vuelto intolerante con los criaturos que van a contarse tontunas a la biblioteca y te complican la tarde de estudio, mis miradas de odio inmundo hacia ellos son bastante interesantes.

He cogido un muy buen hábito de estudio, pero cuando por cualquier razón pierdo horas porque me he dormido, porque he tenido que ir a hacer recados o alguna cosa imprevista, el día ya se me hace un poco cuesta arriba y no estudio igual.

Tengo que tomarme un café por la mañana y otro por la tarde. También me gusta llevarme la tablet para cronometrar el tiempo que estudio, para luego ir apuntando cuanto tiempo tardo por tema, cosa que luego me viene de perlas para organizar el repaso. Anoto la hora a la que empiezo a estudiar y cuando acabo, qué materias he estudiado, cúales he repasado. cúanto tiempo he estudiado. Y para sentirme un poco más de la RAE cada semana intento aprender una palabra nueva.

Y yo creo que por ahora ya está bien :), si os ha gustado y queréis que haga una tercera parte puedo intentarlo y si no, os agradezco el tiempo que habeís dedicado para leer ambas entradas.

Por cierto, espero que los de la XXXIII disfrutéis mañana del día de oposición que tenéis por delante porque el año pasado la verdad es que yo vi que es un día distinto, en el que realmente no hay nervios y los opositores están con otra cara. Además tuve la suerte de conocer a una compañera y un compañero (otro no pude verlo) que hoy son policías alumnos, y a los que les guardo mucho cariño porque estamos en un grupo de whatsapp desde hace unos años. Asi que, repito, DISFRUTAD por vosotros y por los que no hemos podido llegar este año pero llegaremos en el futuro.

Para finalizar, quería comentar que mi última entrada (la de diciembre) fue un tanto oscura, y la verdad es que he estado bastante dolido por todo lo que aconteció en el 2016, pero a día de hoy estoy mucho mejor y ya veo el futuro con un optimismo que perdí completamente !A NO RENDIRSE NUNCA COMPAÑEROS/AS!.


Entre pitos y flautas, casi dos lustros opositando. PARTE I.

Pues eso :), que entre pitos y flautas, y flautas y pitos, llevo casi diez años opositando y he pensado que sería conveniente para la gente que está empezando a opositar, o que lleva tiempo opositando (y puede verse identificado), que sería oportuno hacer una especie de recopilación de pensamientos que tengo sobre el camino del opositor mundano. Espero que os guste.

-La ilusión. Creo que no es fundamental para aprobar una oposición salvo que logres aprobarla a la primera. En mi opinión la ilusión es tan frugal como un segundo. Te desborda el primer año que te presentas (y si no es así tal vez deberías pensar en otra cosa) pero se va diluyendo conforme van pasando las convocatorias. Su aparición se vuelve temporera y casi diría que tienes que sacrificar cuatro cabras y cinco carneros para que vuelva en todo su esplendor. Aun así, he de decir que cuando regresa a tu cabecita es como una suave brisa en un día de calor sofocante, pero tal como viene se va.

-Otro aspecto importante a tener en cuenta es la autoestima. No tienes que verte como el mejor opositor, porque créeme, es bastante difícil que así sea. Si eres el número uno, te aplaudo y casi te venero, pero quizás no seas el número uno porque te creías el mejor. Eres el número uno, porque te has esforzado como un loco por ser la mejor versión de ti mismo, sin mirar al que tienes al lado, solo mirándote a ti mismo, intentando que cada día marqué un pequeño pero importante paso en tu camino opositoril. Porque aquí no valen grandes esfuerzos de última hora, valen los pasos pequeños pero seguros, los pasos constantes, los pasos al frente y si son para atrás, que sean para coger el impulso que necesitas para seguir el ritmo.

Os tenéis que valorar pase lo que pase, porque realmente da igual que no corras el kilómetro por debajo de los tres minutos, da igual que no hagas diecisiete dominadas, ni que aguantes noventa y cinco segundos colgada o que vueles en el circuito de agilidad. Ni que conozcas a la perfección los cuarenta y un temas, ni que los psicotécnicos no tengan secretos para ti. Lo importante es que jornada a jornada tú te vayas acercando a la mejor versión de opositor que puedas lograr. Un opositor es un magnífico topo, que solo va hacia delante y ve poco de lo que hay alrededor. Algunos días vas para abajo, otros vas para arriba, pero siempre sigues avanzando, hasta que un día, sales del largo túnel que has ido excavando con mucho esfuerzo y mucha paciencia, y consigues el soñado apto.

Hay una frase que siempre me acompaña en mis jornadas de estudio, creo que es de Albert Einstein y dice así: "el genio se hace con 1% de talento y un 99% de trabajo". 

- Algo a tener en cuenta es sin lugar a duda el huir de las comparaciones porque pueden hacer mucho daño y muchas veces se basan más en falsas suposiciones que en certezas.

-Que nadie os engañe cuando os dice que es sencillo compaginar una oposición con un vida normal, porque no tenemos una vida normal. Habitualmente vives pensando en la oposición hasta lavándote los dientes, quizás no eres consciente de esto, pero es una realidad. Yo he llegado a tener temporadas en las que me iba a tomar una cerveza con mis amigos y al poco tiempo estaba pensando en la teoría de las necesidades de Abraham Maslow, la disonancia cognitiva de Festinger, la aldea global del amigo Marshall McLuhan y más mierdas que hacían que dudará realmente de mi cordura :). El hecho de estar costeantemente pensando en la oposición suele ser más acuciante cuando van quedando pocos meses para el teórico y piensas que has olvidado absolutamente todo.

-También me ha pasado, que cuando he estado preparando las físicas me he creído el señor más laxo del mundo, me he llegado a volver un poco hipocondríaco tanto con las lesiones como con los constipados a los que les tenía más miedo que una rata :). 

-A mí me ha ocurrido que el resto del mundo no entiende muy bien que te dediques a opositar, piensan erróneamente que puedes apuntarte a cualquier plan porque no tienes un horario estricto ni un jefe que te controle. Y a veces te convencen sus razonamientos, te lías y luego viene la penitencia, y la penitencia no suele ser precisamente liviana. Soy de la idea de que hay que vivir cuando eres opositor pero tienes que tener mucha fuerza de voluntad y cabeza para saber qué planes puedes aceptar y cúando puedes aceptarlos. El problema es que a veces es difícil ser el jefe que te dice: "señor Martínez tiene que concluir el tema de la Dirección General de la Policía y repasar el de Derecho penal I, así que olvídese de la calle". Y sobre todo, cuando llega primavera y hace un tiempo fantasticoso y hasta los pájaros te llaman para que salgas a jugar al parque je, je.